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sábado, 4 de marzo de 2017

ACUEDUCTO ROMANO DE ALMUÑÉCAR

Los romanos crearon una gran cantidad de acueductos, al menos uno por ciudad, y si esta era grande podía llegar a 10. Rara era la ciudad que no disponía de acueducto.
La función de los acueductos  consistía el llevar agua abundante y de calidad a los hogares, baños, retretes, fuentes y jardines.
Los acueductos romanos dejaron admirados a pueblos posteriores, como los musulmanes, que intentaron imitarlos sin alcanzar su perfección.


Partes de un acueducto
  • Captación en manantiales o lugares con aguas de calidad.
  • Conducción, con la pendiente exacta, a través de canales superficiales siempre cubiertos para mantener la pureza del agua, a través de partes subterráneas, de sifones en forma de tubo (tubos de plomo reforzadas con anillos de piedra, de cerámica reforzada con una gran cubierta de hormigón para impedir que reventara, de piedra machiembrada...) las conocidas partes  elevadas sobre arcos, conducciones de madera hueca...
  • Estanques o cisternas de decantación cubiertas por bóvedas, donde se depositaran en el fondo los sólidos que lleva el agua. A veces tenían multitud de naves que se alternaban en uso para limpiarlos interiormente.
  • Castelum divisorium, estanque cuya utilidad era la de dividir el caudal ente las conducciones a los diversos destinos por orden de prioridad. El agua sobrante rebosaba para ir a las cloacas, tan bien construidas y alimentadas de agua que raras veces eran nidos de ratas o de infecciones.
Par Krzysztof Golik — Travail personnel, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=77115518
  • Las tuberías menores trasladaban el agua a su destino final, tenían llaves de paso y grifos en los extremos.
  • A veces, como en el caso de Almuñécar, levantaron una gran torre con mecanismos que elevaban el agua a los barrios más altos.

ACUEDUCTO DE ALMUÑÉCAR
La ciudad de Sexi Firmun Iulium (Almuñécar) primero fenicia y después romana, tenía una gran necesidad de agua para el consumo doméstico y las factorías de salazones de pescado. Los romanos, a mediados del siglo I después de Cristo, deciden darle una solución definitiva al problema, para ello construyen un enorme y complejo acueducto con zonas subterráneas, superficiales, cuatro tramos elevados con arcos (tramo I o de Torrecuevas, los tramos II, III y el tramo IV llamado de la Santa Cruz), un gran sifón situado sobre arcos (tramo de la Carrera de la Concepción), una torre de elevación y diversos depósitos de decantación. Después venían las diversas canalizaciones secundarias, algunas en uso hasta hace pocos años.
El acueducto de Almuñécar, que en buena parte ha llegado en uso hasta el presente, impresionó a los musulmanes, quienes también lo mantuvieron en funcionamiento sin llegar a saber usarlo en su totalidad. 

Sistema de construcción de un acueducto por nuestros antepasados romanos.
Para los arcos usaban cimbras desmontables de madera que apoyaban en unos resaltes en las impostas de los arcos, justo en el remate de cada pilar.

El punto de captación del agua es difícil de situar, pero parece que que se iniciaba en unos manantiales en la zona llamada "la Angostura" en el Río Verde, cerca de la localidad granadina de Jete.
A partir de este lugar, nuestros antepasados romanos, construyeron una acequia que hoy se confunde con las modernas. Ya en el barranco de Antequera, junto a un molino de agua, aparecen los primeros vestigios romanos, una galería subterránea que discurre paralela a la carretera actual. 

UN TRAMO EN RÍO VERDE
Primer tramo, Acueducto de Torrecuevas

La canalización romana vuelve a surgir del subsuelo en el acueducto de Torrecuevas, perfectamente conservado y en uso. Se construyó empleando lajas de pizarra y piedras irregulares (mampostería) unidas con dura argamasa. Arcos de medio punto de diverso tamaño elevan la canalización sobre gruesos pilares. Encima el canal cubierto por una bóveda que protege el agua de la suciedad exterior.

Acueducto de Torrecuevas.

El material constructivo de los arcos consiste en lajas de pizarra del terreno unidas con mortero.

LOS TRES TRAMOS DE RÍO SECO:
El acueducto aprovecha una vaguada que atraviesa la cadena de cerros, así deja el valle de río Verde para pasar al de río Seco, que a pesar de no llevar agua normalmente posee una frondosísima vegetación subtropical, lichis o uvas chinas, chirimoyas, aguacates, mangos, papayas, plataneras, carambolas...



 

Tramo segundo
Tiene solo un cuerpo con grandes arcos soportados por poderosos pilares. En su extremo posee una arqueta de decantación para eliminar arenas arrastradas por el agua.


El la parte superior de los pilares, justo bajo las impostas de los arcos hay un pequeño saliente para sostener la cimbra de madera empleada para construir el arco.

Tramo tercero
Se halla muy cerca del anterior y consta de dos cuerpos, el primero de pequeño tamaño y semienterrado por paratas modernas, el segundo cuerpo, de gran envergadura, consta de nueve grandes arcos, más uno menor.


Detalle del primer cuerpo.

Tramo cuarto o de la Santa Cruz
Está formado por dos cuerpos, el superior consta de 9 arcadas principales flanqueadas por dos secundarias. El cuerpo inferior, más poderoso, posee tres arcos de luz menor bajo las tres arcadas centrales. La construcción da sensación de fortaleza sin dejar de ser airosa y elegante.
En el extremo posee un registro, con pileta de decantación de arenas arrastradas, que muestra el interior del canal, cubierto en toda su kilométrica longitud por una resistente bóveda que mantiene fresca y limpia el agua. Las paredes interiores están revestidas por "opus signinum" para evitar pérdidas de agua.


Los poderosos pilares del primer cuerpo, con el saliente para sostener las cimbras.


Arqueta para decantación del extremo del acueducto.
Los romanos no dejaban ningún elemento al azar en el cuidado de la calidad del agua.

Una de las arquetas de decantación de arenas, que muestra el interior del canal.

Las paredes interiores están revestidas de un impermeabilizante llamado "opus signinum", formado por una mezcla de mortero de cal y cerámica triturada.
La masa que se ve en la parte inferior es una restauración moderna con cemento.


Una de las visitas de parte del Grupo de Cultura de la Región de Granada.

La conducción continúa unos cientos de metros hasta llegar a un promontorio junto a Almuñécar, cerca, un depósito moderno parece estar sustituyendo a otro romano. Desde aquí se llega a una gran arqueta abovedada, el Castelum divisorium, hoy día transformado en una caseta desde donde parten restos de tuberías romanas que muy probablemente llevaban agua a las villae de la fértil vega. En este lugar se inicia un gran sifón para salvar la hondonada que separa esta loma y la antigua península de Almuñécar.

Quinto tramo del acueducto
Se encuentra hoy dentro de la ciudad, hace siglos que dejó de usarse porque desapareció enterrado por los aluviones de los ríos.
Es el tramo más complejo y largo, con sifones y mecanismos para elevar el agua y distribuirla después por la ciudad. La parte visible es sólo un fragmento de este tramo, pues el resto está aún sin excavar.

El último tramo del acueducto.
Reconstrucción idealizada que no muestra la gran magnitud de la obra.
A su lado unas termas.

Consta de una serie de arcos que soportan la conducción propiamente dicha, un canal cubierto por bóveda que hace siglos desapareció. La parte excavada mide 91,78 m. En él destaca un arco, de 5,25 m. de luz decorado con dos pilastras adosadas a sus pilares, del que algunos estudiosos sospechan que debió ser una puerta ceremonial de la ciudad. El resto permanece enterrado y pendiente de excavación. Las inundaciones del río Seco dañaron este tramo, que sufrió diversas restauraciones, siendo la más importante la del arco central realizada con ladrillo en época medieval.

En uno de sus arcos aparecen unas pilastras de lo que pudo ser una puerta ceremonial
o de ornato de la ciudad.

Parte del último tramo que se adentra en el suelo de Almuñécar, por ahora sin excavar.
En el muro moderno se ha pintado la canalización desaparecida que también estaba cubierta por bóveda.

Gran construcción piramidal que hacía subir el agua hasta la población
A mediados del siglo XII aún se conservaba esta construcción, pues el Idrîsî hace referencia describiéndola así: 
"En medio de ella (Almuñécar) hay un edificio cuadrado que se levanta como un mojón, ancho de base y su cima estrecha; en él, dos socavones, contiguos corridos por sus vertientes de arriba abajo; y delante de cada lado, en el suelo, un aljibe grande, llegando el agua hasta él desde cerca de una milla, por encima de los numerosos arcos construidos con piedra dura". "Los hombres instruidos de Almuñécar dicen que el agua subía en otro tiempo a la cima del mojón y desciende luego por el lado opuesto, donde movía un pequeño molino. Sobre un monte que domina el mar se ven aún vestigios, pero nadie conoce ya su antiguo destino"
Los musulmanes, no sabiendo ponerlo en uso, lo destruyen como se ve en la segunda ilustración bajo estas líneas.

Mecanismo en forma de pirámide construido por los romanos para elevar el agua a la ciudad.
Maquetas situadas en el interesante museo de Almuñécar.

El mecanismo romano, abandonado y en ruinas en tiempos de la dominación islámica,
los musulmanes no sabían ponerlo en funcionamiento y lo demolieron.

Las conducciones secundarias de agua partían del acueducto en todas direcciones, de ellas se conservan diversos restos por toda la ciudad. Algunas se han estado usando hasta hace un tiempo relativamente cercano como las que pasan junto a esta fuente del periodo del Reino de Granada Cristiano.

Fuente del Reino de Granada Cristiano construida gracias a las canalizaciones romanas secundarias del acueducto

Antiguo Escudo de España en el que aparece, como es habitual,
 la Región Histórica de Granada en su periodo de reino de Granada cristiano.

Canalización romana de la fuente cristiana.

Canalización secundaria del acueducto que lleva el agua a las factorías de salazones.

Canalizaciones de las factorías de salazones, ya junto al Mediterraneo,
 antiguo "mar de Granada".

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